Tratamiento Homeopático y Naturopático



El tratamiento se debe enfocar no sólo en el alivio de los síntomas, sino también en ayudar a los pacientes a aprender cómo hacerle frente a dichos síntomas.
Los pacientes pueden empezar con fisioterapia, ejercicio y métodos para reducir el estrés.
El consumo de una dieta bien balanceada y evitar el consumo de cafeína pueden ayudar a resolver los problemas de sueño, al igual que reducir la intensidad de los síntomas. También las medidas que se tomen en el estilo de vida para mejorar la calidad del sueño pueden ser eficaces para la fibromialgia.
Seguir dieta rica en sodio, pero con poco calcio. Aceites vegetales ricos en Omega 3 (por eje. aceite de semilla de soja, sésamo, aceite de nueces, biolinosol). Tomar alimentos y bebidas calientes, proteínas, higos. Ajos, alcachofa, apio, avena, berros, cebolla, ciruelas, coliflor, frambuesas, fresas, habas, levadura de cerveza, limas, limón, manzanas, miel, ortigas, peras, pomelos, puerros, saúco, tomates, zanahorias, zumo de fresas.
Algunos de los Medicamentos Homeópaticos utilizados en esta Enfermedas son:

Arnica
Bryonia
Hypericum
Calcárea carbónica 
Causticum 
Cimifuga (Actae racemosa) 
Kalmia latifolia 
Rabunculus bulbosus 
Ruta graneoleus
Ignatia amara (Ignatia) 
Phosphorus

MEDIDAS PARA TOMAR EN CUENTA

Controle sus emociones. 

Muchas personas con esta enfermedad desarrollan sentimientos negativos que antes no presentaban y que les hacen convertirse en una persona diferente. Los sentimientos negativos más frecuentes en las personas con fibromialgia son enfado e ira, depresión, frustración, sensación de fracaso, culpa y vergüenza.
Debe aprender a controlarlos para que no se cronifiquen y se conviertan en un problema añadido. Reconozca todo lo positivo que le sucede en la vida: a pesar del dolor no es un incapacitado y puede hacer muchas más cosas de las que piensa.

Controle su estrés. 

El estrés es, básicamente, la respuesta del organismo cuando afrontamos un peligro y nos preparamos para luchar o para huir. La mejor manera de combatir este estrés perjudicial es, en primer lugar, reconociendo cuál es la causa del nuestro, y evitando las situaciones que lo favorezcan.
También es útil organizar y planificar nuestras actividades diarias, y dedicar diariamente tiempo a la relajación. Esta se practica siguiendo determinadas técnicas -como la respiración profunda o la relajación muscular- que pueden aprenderse con un corto entrenamiento.

Evite la fatiga. 

Tan negativo es permanecer en inactividad, como realizar un número excesivo de tareas. No intente ser un perfeccionista; planee sus obligaciones, y elimine o delegue aquellas que no sean estrictamente necesarias. Intercale periodos de descanso entre los de actividad, y haga sus tareas a un ritmo que usted pueda controlar.

Haga ejercicio. 

Posiblemente es el aspecto terapéutico más importante para el tratamiento de la fibromialgia. El ejercicio no sólo mantiene en forma los músculos y pone a punto el sistema cardiovascular, sino que disminuye el dolor, favorece el sueño, mejora la sensación de fatiga y disminuye la ansiedad y la depresión. Caminar, correr, andar en bicicleta o bailar, son ejercicios aeróbicos que favorecen el control de la enfermedad. Comience a realizar el ejercicio de una forma suave y vaya progresivamente incrementando su intensidad y duración, hasta realizarlo de 20 a 40 minutos, como mínimo 3 días a la semana. Al principio es posible que su dolor se incremente, pero progresivamente irá disminuyendo.

Relaciónese con los demás. 

Todos sabemos cómo alivia nuestras preocupaciones la conversación con los amigos y compañeros. Cuente a los demás lo que le pasa y cómo no puede hacer siempre las cosas que hacía antes, pero evite que la comunicación se centre continuamente en su dolor.

Proteja su salud. 

La depresión que puede acarrear el dolor crónico determina que se abandonen los buenos hábitos de salud. El tabaco, nocivo para cualquier aspecto de la salud, es también un excitante del sistema nervioso que hace más difícil el control del dolor. Lo mismo sucede con la cafeína y el exceso de alcohol, el cual puede además interferir con la medicación. Vigile su peso, y haga ejercicio para mantenerse en forma.

Use con precaución los medicamentos. 

Muchos de los síntomas de la fibromialgia mejoran con medicación. Los analgésicos y antiinflamatorios, que tan eficaces resultan en el dolor agudo, no funcionan tan bien en el dolor crónico de la fibromialgia, aunque son útiles en muchos pacientes. Existen analgésicos más potentes, denominados opiáceos, que pueden ser empleados en la fibromialgia, siempre que los recomiende un médico experto en su empleo. Otros fármacos, como los anticonvulsivantes y los antidepresivos también pueden disminuir el dolor. Existen medicamentos que pueden mejorar el sueño, los trastornos psicológicos, las molestias intestinales, etc. pero, lo más importante es que la persona que padece esta enfermedad evite el automedicarse, y se ponga en manos de un médico experto en el tratamiento del dolor crónico y en el uso de las medicaciones anteriormente mencionadas.

Sea constante. 

La paciencia es una virtud importante; conseguir resultados puede tardar algún tiempo. No lo eche todo a perder porque tenga un "día malo". Aunque haya conseguido estabilizar su enfermedad, los "días malos" inevitablemente aparecerán y debe estar preparado para afrontarlos. En esos días, salga de casa y relaciónese con los demás, mantenga sus compromisos habituales y procure dedicar más tiempo a relajarse. Mantener con regularidad los consejos que le hemos dado anteriormente es la mejor forma de seguir controlando su enfermedad.

REHABILITACIÓN HOLISTÍCA

Existen multitud de terapias manuales, algunas sólo administradas por profesionales de rehabilitación física y otras que pueden practicarse en casa.
Masaje . Para calmar y aumentar la circulación de la sangre a los músculos. Pueden ayudar a eliminar las acumulaciones tóxicas como el ácido láctico y volver a educar a los músculos ya las articulaciones que se han desajustado mecánicamente.
Alivio miofascial. Manipulación muy suave de masaje diseñado para aliviar las restricciones y la estrechez de los tejidos conectivos. Puede disminuir el tirón que ejercen los tejidos conectivos sobre los huesos, haciendo que se relajen y extiendan las fibras de los músculos.
Terapia de los puntos desencadenantes. Técnica diseñada para desactivar los puntos desencadenantes asociado al dolor miofascial. El terapeuta aplica presión constante.
Quiropráctica. La filosofía quiropráctica reconoce que el sistema nervioso, a través del cerebro, la médula espinal y los nervios se conecta a todas las partes del cuerpo y controla todas las funciones del cuerpo. La quiropráctica intenta corregir la desalineación de las vértebras, "destrabando" los nervios y permitir que el cuerpo se cure naturalmente.
Ejercicios de estiramiento. Los fisioterapeutas pueden hacer un estiramiento suave o los pacientes lo pueden hacer en casa. Ayudan a aliviar la tensión y los espasmos musculares.
Ejercicios aeróbicos. Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto son muy importantes para que los pacientes de fibromialgia eviten la atrofia muscular (gastado), para fomentar la circulación de la sangre que contiene el oxígeno y otros nutrientes a los músculos y a los tejidos conectivos, y para incrementar la fuerza y el vigor.
Algunos ejemplos de ejercicios incluyen caminar, caminar o hacer ejercicio en piscinas de agua caliente, el uso de tapetes rodantes o de máquinas de esquí de fondo. Deben comenzar de manera muy lenta y conservadoramente, e ir aumentando en incrementos la tolerancia al ejercicio. La mayoría de los profesionales de salud además sugieren que los pacientes busquen una forma de ejercicio que les agrade para que sigan practicándola en forma regular.
No obstante, si un paciente de la FM encuentra que un ejercicio le causa altos niveles de dolor repetidas veces, tal vez deberá consultar a un fisioterapeuta de rehabilitación (es decir, fisioterapeuta, quiropráctico, etc.). Estos profesionales le pueden ayudar a restaurar las relaciones fisiológicas normales entre los músculos y las articulaciones.
Entrenamiento de la postura. Muchas veces se requiere un entrenamiento sobre la postura o el movimiento para corregir los hábitos dañinos acumulados a lo largo de la vida, que aumentan el dolor y para volver a educar los músculos y las articulaciones que se han desajustado. Los fisioterapeutas pueden ayudar con la postura, mientras que los profesionales capacitados en la "técnica Alexander" pueden proveer el entrenamiento sobre el movimiento.
Los pacientes de fibromialgia con problemas graves con dolores en los pies a causa de mala postura o mecánica corporal también se pueden beneficiar de insertos especiales en los zapatos.
Terapia ocupacional. Cuando las tareas en el lugar del trabajo contribuyen al dolor (movimientos repetitivos, sitios de trabajo incómodos, etc.), un terapeuta ocupacional puede ayudar al sugerir o diseñar mejoras. Por ejemplo, para los pacientes de fibromialgia que trabajan delante de una computadora, los teclados ergonómicos, las sillas y otros productos pueden proporcionar un alivio importante.
Terapia de relajación. Por un lado, el dolor y los síntomas relacionados con la FM resultan muy estresantes para el cuerpo. Por otro lado, investigaciones recientes revelan que los pacientes con FM no manejan muy bien el estrés. Por eso, se les recomiendan los programas del manejo de estrés.
Entre los que se utilizan para la fibromialgia se encuentran la biorretroalimentación, el watsu, la meditación, los ejercicios de respiración, la yoga, el tai chi, la relajación progresiva, la imaginación guiada y el entrenamiento autogénico. Los pacientes necesitan un entrenamiento inicial para muchos de estos acercamientos terapeúticos, pero luego generalmente pueden seguir practicando los conceptos aprendidos sin más ayuda.
Biopuntura. La biopuntura, un tratamiento que consiste en la aplicación intradérmica o subcutánea de pequeñas dosis de medicina homeopática, en diferentes puntos de acupuntura y/o puntos gatillo en donde se origina o manifiesta el dolor

Terapia Psicológica o Psicoterapeútica.

Muchas veces la actitud del paciente es uno de los indicios más fuertes para predecir el éxito que tendrá en el manejo de la fibromialgia. Los pacientes que no se esfuerzan activamente para controlar su condición no es probable que mejoren. Asimismo, es menos probable que aquéllos que, sin saberlo, optan por comportamientos mal adaptados de enfermedad (es decir, una actitud de desesperanza, una mentalidad de víctima) vayan a tomar la iniciativa de buscar ayuda a través de los ejercicios, la terapia física o medicamentos. Para mejorarse, es importante no perder el ánimo. Hay ayuda para animarle.
Terapia Floral: Una poderosa herramienta en el manejo de los problemas emocionales en paciente con fibromialgia, es la terapia floral también conocida como Flores de Bach, en la cual el terapeuta elige uno o varios remedios de entre los 38 que comprenden el sistema, para lograr el equilibrio emocional contribuyendo a la salud en general.

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